Brotes verdes y la evolución social
Recientemente, algunos de nuestros insignes dirigentes nos empiezan a hablar de unos supuestos brotes verdes en la economía española e inclusive, en algún caso concreto, se nos vienen arriba al manifestar cosas como que, «España esta dando una lección al mundo en relacion a su supuesta recuperación». En fin….., sin entrar a valorar la simpleza de estas manifestaciones y suponiendo con mucha imaginación la posibilidad de una recuperación económica, realmente, ¿a quien beneficiaria la misma?.
Desgraciadamente, los efectos de esa remota e imaginaria mejora se traducirían en el aumento del poder adquisitivo y los beneficios para una parte pequeña de la sociedad, la misma parte de la sociedad que nos ha metido en este drama social y que desde su particular concepto de organización social y de su particular visión de la democracia, entienden que la penuria de la mayoría por una deficiente distribución de la riqueza, es un daño colateral necesario para poder seguir manteniendo su nivel de vida. Todo esto es posible, gracias al control que ejerce el poder económico y los lobbies de poder sobre los mecanismos del poder político y sus instituciones, vaciando las mismas de actitudes y valores y por consiguiente de identidad y criterio lo que provoca la ausencia total de compromiso con la ciudadanía para asegurar una eficiente distribución de la riqueza que permita universalizar esa posible recuperación.
Por este motivo y al margen de la posibilidad cercana o lejana de esa quimera económica, es necesario desarrollar cambios estructurales que posibiliten el advenimiento de una nueva clase política totalmente independiente de los poderes económicos y con la vocación de ser exclusivamente el interprete de las necesidades y matices de la masa social y el brazo ejecutor de las posibles alternativas para conseguir su cobertura. Esa nueva clase política tiene que emerger desde la evolución de la propia democracia, en base a la implementación de valores, actitudes y compromiso con la sociedad, en las instituciones, partidos políticos y organizaciones sociales, empresariales, etc. Esta cuestión tiene una complejidad añadida, ya que esta anhelada evolución solamente se puede hacer desde dentro de los centros de poder de las citadas instituciones y es difícil encontrar mártires que estén dispuestos a enfrentarse con el poder establecido. Por ello, es fundamental aplaudir los pocos gestos que en este sentido se están produciendo o se puedan producir a futuro, animando al grueso de la clase política a sufrir una metamorfosis integral encaminada a poner al ciudadano en el centro de su propia existencia. En un primer momento, las criticas prematuras a estos gestos no son beneficiosas , ya que pueden ralentizar el proceso de evolución; a la vez, debemos de ser prudentes y verificar en el tiempo, que las palabras se convierten en hechos y que estos gestos no son exclusivamente un ejercicio de marketing político para ganar posicionamientos políticos internos y/o externos y son realmente un primer paso para cambiar la manera de hacer política y de su integración con el ciudadano.