El cambio hacia la nueva Administración Pública
La burocracia como modelo de organización en la Administración Pública ha contribuido satisfactoriamente en la generación y desarrollo del Estado liberal y del Estado de bienestar, al evolucionar progresivamente y en paralelo con la sociedad. No obstante, desde hace algún tiempo el modelo burocrático está sometido a un proceso de deslegitimación y crítica colectiva, motivado por la excesiva estandarización y racionalidad de sus procesos organizativos en la búsqueda del concepto de eficacia, que dificultan la implementación de valores colectivos en la sociedad y su capacidad de reflexión moral. Todo ello se concreta en una visión generalizada de la burocracia distanciada de su entorno y de los actores internos y externos de su ámbito de referencia, materializada por los siguientes gaps:
- Tendencia hacia la alienación, al no considerar todas las necesidades humanas.
- Desconocimiento de los aspectos informales de las organizaciones, y de la capacidad de adaptación y uso interesado de los privilegios.
- Falta de responsabilidad y desarrollo de una incapacidad disciplinada, que provoca una dificultad de adaptación y análisis crítico en el empleado.
- Falta de iniciativa e incapacidad del empleado para la solución negociada de problemas, dada la rigidez de las normas y criterios con los que el funcionario actúa.
La necesidad de una Nueva Administración Pública se explica por la crisis del modelo burocrático, que a su vez está provocada por los cambios sistémicos acaecidos en la sociedad en relación a sus valores culturales, a sus sistemas de producción y al propio sistema de legitimación política, que han ido forzando el desarrollo progresivo de cambios en los modelos de organización políticos y sociales, con el fin de integrar los siguientes atributos y necesidades:
- La complejidad del entorno, la autoreferencialidad de los sistemas y la celeridad de los cambios.
- El conocimiento como factor estratégico clave para el desarrollo del poder y la competitividad.
- La necesidad de equilibrar el peso de los diferentes sectores económicos (industrial Vs servicios).
- La implementación racional de la revolución tecnológica, y el análisis y regulación del impacto en la sociedad de su propio desarrollo.
- El incremento de los niveles de democratización, participación, diálogo y transparencia, con el fin de conseguir la legitimidad del poder.
- La reestructuración de los modelos organizativos, culturales y de valores de las instituciones, partidos políticos y organizaciones sociales.
- La necesidad de una gestión racional, imparcial y objetiva del tratamiento de la información por parte del Estado y los medios de comunicación.
- La necesidad de equilibrar el peso las diferentes tendencias económicas (liberales, neoliberales, progresistas, etc.), ejecutadas en la acción de gobierno por las diferentes opciones políticas que acceden al poder, matizando y regulando la orientación de estas, hacia el óptimo beneficio colectivo, en términos de equidad, solidaridad, responsabilidad y rentabilidad.
- El adecuado desarrollo del proceso de globalización, maximizando el beneficio colectivo por encima del interés de las grandes corporaciones multinacionales, lobbies de poder, etc., y mitigando los impactos negativos de su propio desarrollo (deslocalización).
Las respuestas que se han articulado desde los sectores académicos, gestores públicos y opinión pública, para hacer realidad la transformación del modelo burocrático dentro de la Administración Pública, se traducen en el desarrollo de modelos de gestión post-burocrática adaptados a los diferentes paradigmas nacionales, y que son:
La “Nueva Gestión Pública”, (NGP) o revolución gerencial, (Pollit y Bouckaert 2004), criticada por unos y venerada por otros, la cual se caracteriza por los siguientes atributos:
- La eficiencia objetivo clave del modelo
- Descentralización de la adopción de decisiones y organizaciones pequeñas
- Adelgazamiento de la burocracia y racionalización de los procedimientos
- Desregulación y utilización de mecanismos de mercado y privatización de los servicios públicos o al menos su gestión
- Adecuar los recursos a los resultados y potenciar la satisfacción del cliente.
El “Nuevo Servicio Público” (Denhardt y Denhardt 2003:24), modelo que nace como contrapartida y respuesta critica a la NGP y que tiene las siguientes ideas fuerza:
- Servir a los ciudadanos, no a los consumidores
- Perseguir el interés público
- Valorar la ciudadanía por encima de la gestión
- Pensar estratégicamente, actuar democráticamente
- Reconocer que la rendición de cuentas no es simple
- Servir más que dirigir
- Valorar a la gente, no sólo la productividad
Desgraciadamente, el cambio a una nueva Administración Pública que fortalezca el concepto de Estado-Nación como representación y garantía del conjunto de la sociedad, no se consigue exclusivamente con el desarrollo de modelos teóricos que supuestamente sintonizan mejor con la propia evolución social. Los modelos organizativos anteriormente citados se enuncian en función de paradigmas nacionales e ideológicos, y no se contemplan realmente con un sentido transversal para el conjunto de la sociedad. Realmente estos modelos son soluciones «ad-hoc» para complementar planteamientos políticos interesados, en relacion al peso que deben de tener el Estado y los mercados en la vida publica de las sociedades actuales. Por otro lado, tampoco se percibe en el enunciado de los citados modelos, el adecuado protagonismo que deben de tener en un cambio estructural de esta magnitud, la implementación de valores y de las referencias culturales necesarias para el optimo desarrollo de los mismos. Al igual que para conseguir un verdadero Estado Federal es necesario que el conjunto de la sociedad disponga de una cultura federal adecuada, para conseguir una renovada Administración Pública es necesario que el propio proceso de gestión del cambio incorpore procesos de sensibilización y concienciación cultural en los actores públicos y en el conjunto de la sociedad, que eliminen los focos de resistencia y ayuden al desarrollo global del proceso.
“La mejor estructura no garantizará los resultados ni el rendimiento. Pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso”. Peter Drucker