La teoria del vaso medio lleno o como juntar churras con merinas
En referencia al artículo “Javier Cercas, El Rey, y los republicanos” del profesor Vicenç Navarro publicado en elplural.com el pasado 8 de Junio y después de leer y sobre todo, después de escuchar y ver las últimas memeces que nos traen al ring de la vida pública tanto periodistas como políticos de todos los colores en materia de “ideología de la vida política española”, me gustaría trasladaros algunas reflexiones:
En primer lugar, me gustaría conocer donde vive toda esa gente que habla tanto de España y que presumen de conocer y amarla tanto, pero que sin embargo no hablan, ni conocen realmente a los españoles. Las Naciones se forjan por medio de sus ciudadanos y así de este modo hacen historia, fortalecen el tejido productivo de sus países y así de este modo logran elevar el nivel de vida de sus gentes y cuando todo esto sucede, los pueblos se hacen fuertes y con ello sus habitantes defienden sin fisuras el modelo que rige su Nación. Es cierto que para que se produzca tal fenómeno es necesario tener políticos y líderes con visión, capaces de ejemplarizar su vida antes que la de los demás, cuestión ésta última que ha desparecido del espectro político español hace muchos años.
Los que vivimos activamente y con ilusión la transición, cada vez que leemos o vemos un editorial de prensa, radio o televisión, nos da la sensación de que sucede todo lo contrario que en aquel mayo del 68, en el que parecía que todo el mundo estaba en París…
A veces, el principio de que una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad, no se cumple. Ni en el 68 todo el mundo estaba en Paris, ni la transición española la han hecho unos pocos. Sin lugar a dudas la transición es propiedad de la Nación, de todos y cada uno de los españoles que sí estábamos aquí viviéndola activamente.
En segundo lugar y en referencia al debate sobre la Republica Vs la Monarquía Parlamentaria, me gustaría realizar una llamada de atención sobre la frase tan popular en estos días entre algunos políticos del PSOE, como es: “yo soy republicano, pero apoyo la Monarquía”.
Esto nos demuestra la ductilidad de algunos de nuestros políticos para adaptarse a cualquier cosa por extraña que sea. Por principios (perdón por utilizar esta expresión) uno no puede ser militante del PSOE, republicano y además ser monárquico, es una completa contradicción.
Uno no puede tener un vaso lleno y a su vez estar vacío (y no vale la teoría del vaso medio lleno, medio vacío). Tampoco vale creerse que por decir eso de “yo soy republicano, pero apoyo la Monarquía”, se está sirviendo más al interés general de los ciudadanos españoles; como realmente se sirve al conjunto de la sociedad de cualquier país es respetando la voluntad del pueblo, que además coincide con gran parte de nuestro ideario original.
Ser republicano no está ligado al momento que vive el país, ni está relacionado con las modas, ser republicano es una convicción de ser y vivir y desde luego como modelo de Estado, está absolutamente reñido con una monarquía. Por igual razón, nadie tiene ninguna duda en que es incompatible creer en democracia y a su vez en un modelo dictatorial, a pesar de esos pseudo modelos democráticos que lideran y han liderado algunos dictadores en algunos países.
Una tercera reflexión va en relación al bochornoso espectáculo al que pudimos asistir el pasado fin de semana en Valencia, en el que se juntaron los políticos más añejos del PP y PSOE para dar alabanzas al Rey. Creo firmemente que el partido debería de pedir explicaciones a estos compañeros por su actitud poco acertada y mediáticamente confusa.
Y la última reflexión va dirigida a los líderes del PSOE. Ahora que “la balsa salvadora” o lo que es lo mismo Susana Díaz ya ha manifestado que no se presenta como candidata a la Secretaria General, ¿qué van a hacer nuestros adalides…?
Si cometen el error de no dar la participación a los afiliados en este proceso, deben saber que muchos compañeros abandonaran el partido. Es tiempo de acometer una revolución estatutaria en el PSOE, es tiempo de cambiar caras, es tiempo de tomar decisiones (pero que las tomen otros distintos), es tiempo de acercarse a los ciudadanos, es tiempo de sentirse ciudadano, es tiempo de escuchar al pueblo, es tiempo de ser socialista.
En el caso de que los adalides del partido cometan el error de no escuchar a las bases, nos tocará ver el desmoronamiento de un partido que estará solo integrado por aquellos que tan solo llevan 35 años en la silla, subiendo al atril y diciéndonos eso que ya hemos escuchado tanta veces: “compañeros hay que renovarse”. Como me molesta recocer el error de haber aceptado este discurso de otros durante tantos años, me siento como un niño que le han estado prometiendo el caramelo y la cuestión es que aunque nos lo dieran ahora, los que llevamos tanto años escuchando este discurso sabemos que no PODEMOS tomarlo porque a las personas de mi generación ya no le genera ilusión el caramelo y además provoca “caries política”. Es necesario gente nueva, gente joven, con ilusión, sin desesperación por lo no realizado, y porque no, con ambiciones, con ganas de hacer cosas e incluso con opción a equivocarse, porque a la gente nueva y joven hay que otorgarle la oportunidad de equivocarse. Los que tenemos ahora ya se han equivocado tantas veces….
La moraleja a estas reflexiones es que cuando una persona tiene que afirmar que el vaso está lleno o vacío, la frase correcta que tiene que utilizar (para no engañarse asimismo y lo más importante, no engañar a los demás) es que diga lo auténtico: “el vaso está vacío” o “el vaso está lleno” o “soy republicano” o “soy monárquico”. Pero lo que no se puede utilizar NUNCA es la frase “del vaso medio vacío o medio lleno”, para justificar atropellos apócrifos como “nos reunimos los de izquierdas y los de derechas para aclamar al rey” o “soy republicano, pero monárquico”.
Este tipo de frases y modos de vivir las ha utilizado habitualmente la derecha de nuestro país, soy falangista, soy de derechas, pero cuando interesa soy demócrata republicano, cuando interesa soy de la corriente del régimen dictatorial y cuando interesa soy demócrata monárquico.
Por tanto los Socialistas debemos ir a lo nuestro, que en este caso pasa por reestructurar y rejuvenecer el partido por y desde las bases, y los que no tengan claro que es el socialismo como ideología política de izquierdas con identidad propia, deberían reflexionar sobre su continuidad en el partido. Ah… y los de derechas también a lo suyo, pero sin juntar las churras con las merinas.
Lo comparto al 100%