El concepto de «izquierda política» en su dimensión histórico – descriptiva
Hay quien se pregunta todavía hoy ¿Qué es ser de izquierdas en la actualidad?, y sobre la validez de planteamientos progresistas novedosos al margen de los partidos mayoritarios de la izquierda. Muchas veces la respuesta de lo que “somos” hoy, depende de la respuesta que demos a tres preguntas:
- Que fue ser de izquierdas, en el origen y pasado lejano.
- Que ha sido ser de izquierdas en el pasado reciente.
- Que ha de ser la izquierda en el futuro.
La izquierda política nació como referencia geográfica posicional de grupos de delegados de los Estados Generales de Francia que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789 y cuando se originaron las disputas respecto al tema de las votaciones, los miembros del Tercer Estado debieron verificar sus propias credenciales, comenzando a hacerlo el 28 de mayo y finalizando el 17 de junio, cuando los miembros del Tercer Estado se declararon como únicos integrantes de la Asamblea Nacional: ésta no representaría a las clases pudientes sino al pueblo en sí. La primera medida de la Asamblea fue votar la «Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano». Si bien invitaron a los miembros del Primer y Segundo Estado a participar en esta asamblea, dejaron en claro sus intenciones de proceder incluso sin esta participación.
Y es que cuando los Estados Generales de Francia se reunían en sesión solemne con el propio Rey delante. El Primer y Segundo estado se sentaban a la derecha del Rey y el Tercer Estado a la izquierda. Es curiosa la opinión de muchas culturas, incluida la nuestra en apreciar a la derecha y despreciar por ende a la izquierda. No lo tengo muy investigado, pero sospecho de que siendo una cultura basada en la escritura y siendo esta ejecutada mayoritariamente por la mano derecha; aunque no descarto que siendo la mano izquierda la más usada para limpiarnos el culo cuando cagamos…Pero hace muchos años que pueblo dejo de ser iletrado y de solo saber limpiar las heces de los poderosos.
Bien agotadas las disquisiciones escatológicas, la “Izquierda” nace políticamente cuando el Tercer Estado (burgueses, clérigos y profesionales…) se proclaman como únicos integrantes de la Asamblea Nacional (o sea los verdaderos portavoces de la Nación) y proclaman la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Invito a releer este hermoso documento de 1789 (han pasado 226 años) que no se cumple en su totalidad en ningún país del planeta, y en una inmensa mayoría pasa por un panfleto revolucionario.
La Historia Política de los últimos 250 años, es la de lucha de la inmensa mayoría de la humanidad por ser considera en su conjunto e individuo a individuo sujetos de esa Declaración de los Derechos universal; y es la narración de los innumerables fracasos y traiciones. Este largo ciclo de luchas, traiciones y fracasos relativos nos traído a nuestro hoy, en Europa, en Occidente, en América, Asia y África.
La primera traición ocurrió tempranamente…, el mismo día en el que se reunía la Convención (20 de septiembre de 1792), todas las tropas francesas (formadas por tenderos, artesanos y campesinos de toda Francia) derrotaron por primera vez a un ejército prusiano en Valmy, lo cual señalaba el inicio de las llamadas Guerras Revolucionarias Francesas.
Sin embargo, la situación económica seguía empeorando, lo cual dio origen a revueltas de las clases más pobres. Los llamados sans-culottes expresaban su descontento por el hecho de que la Revolución francesa no sólo no estaba satisfaciendo los intereses de las clases bajas sino que incluso algunas medidas liberales causaban un enorme perjuicio a éstas (libertad de precios, libertad de contratación, Ley Le Chapelier, etc.). Al mismo tiempo se comenzaron a gestar luchas antirrevolucionarias en diversas regiones de Francia. En la Vendée, un levantamiento popular fue especialmente significativo: campesinos y aldeanos se alzaron por el rey y las tradiciones católicas, provocando la llamada Guerra de Vendée. Por otra parte, la guerra exterior amenazaba con destruir la Revolución y la República. Todo ello motivó la trama de un golpe de estado por parte de los jacobinos, quienes buscaron el favor popular en contra de los girondinos. La alianza de los jacobinos con los sans-culottes se convirtió de hecho en el centro del gobierno.
Los jacobinos llevarían en su política algunas de las reivindicaciones de los sans-culottes y las clases bajas, pero no todas sus reivindicaciones serían aceptadas, y jamás se cuestionó la propiedad privada. Los jacobinos no pusieron nunca en duda el orden liberal, pero sí llevaron a cabo una democratización del mismo, pese a la represión que desataron contra los opositores políticos (tanto conservadores como radicales).
Se redactó en 1793 una nueva Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, y una nueva constitución de tipo democrático que reconocía el sufragio universal. El Comité de Salvación Pública cayó bajo el mando de Maximilien Robespierre y los jacobinos desataron lo que se ha denominado el Reinado del Terror (1793-1794). No menos de 10.000 personas fueron guillotinadas ante acusaciones de actividades contrarrevolucionarias. La menor sospecha de dichas actividades podía hacer recaer sobre una persona acusaciones que eventualmente la llevarían a la guillotina. El cálculo total de víctimas varía, pero se cree que pudieron ser hasta 40 000 los que fueron víctimas del Terror (Claro que no se dice lo mismo de las Guerras Napoleónicas: entre 1789 y 1815 costaron la vida de 3,5 a 6,5 millones de europeos (incluyendo 1,5 millones de franceses).
En 1794, Robespierre procedió a ejecutar a ultrarradicales y a jacobinos moderados. Su popularidad, sin embargo, comenzó a erosionarse. El 27 de julio de 1794, ocurrió otra revuelta popular contra Robespierre, apoyada por los moderados que veían peligroso el trayecto de la Revolución, cada vez más exaltada. El pueblo, por otro lado, se rebela contra la condición burguesa de Robespierre que revolucionario antes, ahora persigue a Verlet, Leclerc y Roux. Los miembros de la Convención lograron convencer, y derrocar y ejecutar a Robespierre junto con otros líderes del Comité de Salvación Pública. Rápidamente la burguesía tomo el control de la Revolución Francesa mediante Napoleón Bonaparte y tras varios intentos monárquicos restauradores, hoy Francia sigue siendo republicana.
Desde aquellos tiempos las llamada izquierda política no ha dejado de combatir políticamente cuando no matado, con más saña que las mismas “derechas”. Las alianzas y contra-alianzas de “Jacobinos” y “Sans-culottes”, son reconocibles en todos los países y épocas, conformando las izquierdas. Los Jacobinos (o sus otros mil nombres) protegiendo la propiedad privada y el orden liberal y los Sans-culottes (o sus otros diez mil nombres) pidiendo Pan, Trabajo (o Tierra) y Libertad. Ambos grupos entreverados de ismos (anarquismo, socialismo, comunismo, cristianismo, islamismo, judaísmo, nacionalismos, neoliberalismo, etc.), aliados contra los Poderosos (Primer Estado y Segundo Estado) algunas veces desde la oposición, las mas enfrentados (cuando no traicionados) ante la defensa sin fisuras de la propiedad privada y el Orden Liberal (que a falta de una buena Dictadura Absolutista, les “encanta” a los del Primer Estado y el Segundo Estado), por los Jacobinos.
Seguimos hasta ayer mismo, Unos empujando a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para que se cumpla el 100%. De paso se empujan otros documentos más: la Constitución, los Evangelios, el Corán, etc. Ha habido mucha “hambre de ser”, “hambre de que te dejen ser y no decidan por ti”, que siempre ha sido menospreciada, combatida y destruida. Los Otros distrayendo, diluyendo, dividiendo, rebajando hasta límites que hacen irreconocible al ser humano, al otro.
Y en el futuro…, las perspectivas expropiatorias del conjunto del Planeta abarcan desde las materias primas, pasando por la ciencia y la innovación tecnológica, hasta las palabras.
En el futuro la palabra Izquierda dejara de tener un significado universal, nadie sabrá al emplearla a que se está refiriendo. ni supondrá un programa de acción reconocible ni una categoría moral y/o ética. Quizas dentro de unos años mantenga un valor residual en el mundo del marketing político.
Hemos de renovar el lenguaje, abandonar lenguajes que nos han expropiado, robado, cambiado…Hasta categorías sociológicas como trabajador no significan nada, en un mundo con un paro de hasta el 60% en los menores de 30 años. Cuando tener un “trabajo” ya no te saca de la pobreza. Por mucho que inventen “pobreza energética”, “pobreza cibernética”, etc. El sujeto revolucionario ha dejado de ser encarnado por los trabajadores, para ser un concepto vacío, un concepto que políticamente nos conduce a nada.
No sé sí, sin darnos cuenta, estamos ingresando a un Neofeudalismo. Pero el futuro se aparece con la humanidad dividida en dos: Poderosos/Débiles, Ricos/Pobres, Los que mandan/Los que obedecen, Sanos/Enfermos, Cultos/Incultos, Los de Arriba/Los de Abajo…
¿Qué hacer hoy?, yo invitaría a no olvidar. Yo invitaría a no resignarse. Me reconforta mucho esa historia de alguien que: en no sabiendo que era imposible lo consiguió. Se puede cambiar, operando en lo pequeño, en tu entorno. Operando en lo grande, implicándonos en lo público, en su gestión. Y votando.
Estamos a punto de concluir un largo proceso electoral. Estamos cambiando de época, con nuestro Régimen Político agotado y con el Proyecto Europeo, cada vez más lejano y opresor. Ya no tiene sentido pedir el voto para una ideología, para un «ismo». Todos han devenido en estatuas huecas, que han oprimido mas que han aliviado/liberado. ¿Estamos dispuestos a creer a los candidatos renovados de lo mismo? ¿Tienen algún valor las promesas de que lo van hacer mejor? ¿Qué juren, que por fin lo han entendido. Lo que pedimos, lo que necesitamos ?¿De qué valen ortodoxias de la mano izquierda, si con la mano derecha se votaba al ritmo de las tarjetas negras? .
Votemos a quien nos permita y aliente empoderarnos, tomar las riendas de lo público en nuestras manos. Votemos a quien solo desea que se cumplan los Derechos Humanos, que no visiona alambicados proyectos que ni entendemos ni necesitamos. Votemos a quien propugne lo político como transito y no como destino. Votemos a quien respete la justicia mejor que la Ley. Votemos a quien anteponga a la gente ante la Banca y ante las autopistas. Votemos democracia, para/en las instituciones, para/en las empresas, para/en las familias, para/en las parejas. Un ser humano un voto, de verdad y en todos los sitios. Un voto, una voluntad en libertad.